Sobre el ser y la palabra del indio
Esta nota breve fue escrita en un tiempo en el que pensaba los conceptos del “indio” e “indígena”. En su tiempo, mi tesis de licenciatura fue dedicada a dicha noción. Después escribiría algunos textos breves y otros ensayos académicos al respecto.
Presento un breve fragmento:
Hace mucho tiempo esta tierra no tenía nombre. Era una única urbe, una tierra sola, infinita eternidad del espacio. Los indios no éramos indios, sólo éramos lo que queríamos ser, sin dudar y sin cuestionar nuestra naturaleza.
Vivir era un asunto banal, nuestros dioses nos protegían, las guerras las ganábamos o las perdíamos pero nuestro ser seguía ahí, intacto, incólume, sin fronteras, sin hombres distintos, sin agachar la cabeza ni escondernos de las miradas ajenas.
Hace mucho tiempo desembarcó un genovés en las tierras supuestas Indias y el destino cambió. Tiempo después llegarían los hombres de hierro forjado, de lengua bárbara, con olor a extraña religión y modos extravagantes. Con espada y cruz conquistaron los nuevos espacios, la sangre de muchos antepasados fue derramada sin miramientos, la servidumbre de los vencidos se instauró y, con ello, su palabra, la palabra extranjera que tendríamos que aprender y…
Si esa misma realidad la mudáramos de sentido, ¿sería traicionarnos?
(AMR, 2013)
***Publicado: Revista Sinfín, no. 2, noviembre – diciembre de 2013, pp. 82-85. Aquí puede leerse completo el texto.