Tierra de nadie de Eduardo Antonio Parra es un libro con 9 cuentos, dividido en tres partes; como su nombre lo indica, define al territorio en medio de dos naciones, cuyos pobladores se confunden para no pertenecer a uno y otro lado, más que en la oficialidad.

Los relatos se centran en ambos territorios de la frontera, Ciudad Juárez, Monterrey, El Paso, el río Bravo, entre otros. El tema de la frontera es una mezcla de realismo y misterio. En “La piedra y el río” el relato está cargado de un lenguaje sagrado entre Dolores y el río Bravo, que hereda su niño adoptado, sin que se pierda la realidad social, éste es un punto que se resalta en Parra, los tópicos sociales sobre las situaciones de los migrantes.
En “Viento invernal” Celia vive en un cuarto de miseria, el esposo se ha ido al otro lado y ella lo espera con ansia, no así, al hijo que está apunto de parir y que piensa abandonarlo en la intemperie de la madrugada helada, pero se arrepiente y se lo queda cuando ve que su hijo Marcelino muere –ya estaría de Dios– dice.
Parra refleja la seducción de la tierra prometida, en “El escaparate de los sueños” Reyes añora la tierra estadounidense que embellece con sus sueños, todo cuánto desea en la vida se encuentra al otro lado, como los miles de mujeres y hombres que intentan cruzar la frontera. Pero estar al otro lado, no es como siempre se sueña, en “Traveler Hotel” Gonzalo despierta de su enfermedad prolongada cuando es un viejo, como el resto de los hombres que vio cuando entró al hotel de pensionados.
¿Tierra de nadie o tierra para cualquiera?
En Tierra de nadie también se explora la vida cotidiana con una visión de frontera. “La vida real” muestra la historia de dos vagabundos asiéndose a la felicidad, a Soto (un reportero) siguiéndolos por los rincones de la ciudad para capturarla, y un asesino que hace lo mismo para arrebatársela. “Nomás no me quiten lo poquito que traigo” es el relato de un hombre que sueña con su operación para ser completamente mujer, una puta, como le gusta ser llamada, mientras se lucha para que los policías no le quiten lo mucho que lleva por un buen trabajo hecho un par de horas antes.
“Navajas” muestra las decisiones estúpidas que se toman tan de repente, como el instante que necesitas para morir. Tal como se sigue en “Los últimos”, donde una familia, entre la locura, la magia y las creencias, tiene que huir de su casa. Pero las sinrazones, también son una línea entre la locura y la razón, por ello, “El cristo de San Buenaventura” es un relato impresionista, al notar cómo las circunstancias de Juan Manuel por increíbles son más creíbles.