Una historia de lucha y resistencia de los pueblos mixes, ante un proceso de colonización, en el que el centro del debate está en el corredor interoceánico que permitiría la mercantilización con el continente europeo y asiático, pero que debía despojar a los pueblos de su territorio.
Antes, el territorio, como las fronteras, era concebido de manera diferente. El mundo tenía otra lógica de significación. Los señoríos conformados por pueblos de distintas lenguas y culturas tenían rencillas y guerras de una naturaleza distinta a la posesión. Asimismo, no todos los pueblos eran parte de un señorío por obligación o negociación. Cada que pensemos en los pueblos antiguos debemos situarnos en la multiplicidad de autonomías que generaba que cada uno tuviera su propio devenir histórico, el mismo que permite que todo pueblo se vea en la actualidad como una comunidad con un proceso propio.
La representación cartográfica sobre los pueblos antiguos nos obliga a ver a las comunidades como si fueran parte de un mismo bloque cultural porque coinciden en las formas lingüísticas y porque hemos creado una visión de lo que son los zapotecos, mixes, mixtecos, nahuas… lo cierto es que dicha visión sólo puede ser un modo general para el conocimiento, una zona por la cual movernos para comprender un fenómeno complejo. Así que, cada vez que se nos presente el nombre de los mixes, para un tiempo antiguo, en realidad estaremos haciendo referencia a un conglomerado de pueblos, cuya asociación la podemos ver como mixe, popoluca o zoque.
Así, entre las múltiples alianzas, hay unas que son importantes para entender la importancia del paso interoceánico y la presencia de los pueblos mixes —el hecho de que se ponga énfasis en los mixes no descarta la participación de otros pueblos, sino concentrarnos en este conglomerado, aunque se entiende por qué éste y otros pueblos han quedado desplazados del conflicto.
En la actualidad tienen mayor preponderancia los zapotecos en este asunto, algo que también es entendible en la historia—, en este punto son los zapotecos (de las élites zapotecas de Valles Centrales), mixtecos (también cercanos a los anteriores) y nahuas de la cuenca de México (posteriormente, tlaxcaltecas), los que formarán una alianza con los españoles para apoderarse del territorio del istmo oaxaqueño al otro extremo, de lo que hoy es Coatzacoalcos, Veracruz.
La disputa por el Paso Transístmico
El bloque de los mixes, popolucas y chinantecos poblaban gran parte de aquella área veracruzana, mientras que el paso intermedio estaban los mixes, choles y tsotsiles, el istmo era ocupado por mixes, chiapanecas y zoques; en toda esta franja también se podían encontrar tseltales, tsotsiles y tojolabales quienes parecían mediar con los mayas de la península y otros grupos dispersos. Las rencillas de mixes contra zapotecos eran muy antiguas, al igual que su cercanía con algunos grupos mayenses.
El punto es que varios grupos mixes, como grupos amigos, poblaban el paso interoceánico lo que permitía el tránsito entre las dos costas oceánicas. Los primeros ataques se dan por el lado de Coatzacoalcos, aunque sin las pretensiones por abarcar el paso transístmico. El asunto cambia cuando Moctezuma Xocoyotzin le indica a Hernán Cortés de las tierras que contienen los metales preciosos que tanto buscaba, ubicadas en la región del istmo, de este modo comienza la ambición por aquellos lugares. Por un lado, se comprende que Moctezuma influya en la decisión del español para combatir sus antiguos enemigos y complacer a su huésped, sin embargo, que dicha información termine teniendo mayores implicaciones para los involucrados.
Posteriormente, Cortés encontrará en las élites zapotecas sus mejores aliados, así, después de varias guerras y años, los zapotecos serán los encargados de alzar villas y controlar la zona del istmo, algunos tlaxcaltecas también se asentarán en la región, los españoles serán los menos, pero tendrán el poder político y militar. Pueblos que comprendían los señoríos de Jaltepec y Quetzaltepec, quienes estaban en la región del istmo serán descuartizados, algunas personas serán esclavizadas para la construcción de las nuevas villas zapoteca-españolas, otras huirán a otros pueblos mixes y algunos más morirán.
Estas mismas alianzas, se abrirán camino por el lado de lo que hoy es la Ciudad de Oaxaca y establecerán Villa Alta (villa zapoteca-española), para presionar del lado de Totontepec (mixe). Las oralidades mixes también hablan de las guerras y desplazamientos que tuvieron contra sus enemigos, después de las bajas en la zona interoceánica, los pueblos mixes mantuvieron a raya a los enemigos, para evitar que entrarán hacia las zonas montañosas, por lo menos bélicamente, porque luego vendrán otros procesos (religiosos y administrativos) por los cuales los peninsulares irán entrando a la región.
Un asunto que no puede dejarse a un lado son las guerras mixes, pues gran parte de las estrategias bélicas españolas en la región del istmo fue cercar a estos pueblos para aventajar los terrenos para los caminos, sobre todo, después de que se dejara de ambicionar las montañas y sus riquezas, por lo que podemos ver grandes desplazamientos de las comunidades y nuevos asentamientos zapotecos.
Al principio Cortés eligió Acapulco antes que otros puertos istmeños, no obstante, era un lugar agreste para abrir vías terrestres, por lo que era el istmo desde el que se podía atravesar mejor por tierra hacia otros lugares, como la Cuenca de México, y el río Coatzacoalcos para acortar la distancia hacia Veracruz. Los puertos eran rutas comerciales muy importantes, igual que permitían los intercambios de productos, se prestaban al contrabando de personas esclavizadas, de la colonización de las tierras y puntos estratégicos bélicos.
El funcionamiento de los puertos fue alternado e intermitente, los diferentes conflictos, naturales (zona geográfica y clima) como sociales (revueltas de africanos y guerras contra los originarios), impidieron un funcionamiento óptimo. Las carreteras que enlazaron los lugares, en los que fuera más transitable para los peninsulares y las cargas que llevaban con ellos, se fueron dando paulatinamente en el siglo XVI.
En el istmo, el astillero que mejor funcionó fue el de Huatulco, en gran medida porque las guerras más cruentas contra mixes y otros poblados duró hasta el siglo XVII, ello hacía que las edificaciones y los asentamientos fueran endebles; tampoco ayudaba la zona y su clima. Huatulco cobró gran importancia como astillero en la construcción de barcos y en abrir ruta hacia la zona sur del continente—sobre todo para Panamá, el cual también tiene su propia historia como paso entre océanos, y el Virreinato de Perú—, cabe hacer mención que también fue un atracadero para las huestes españolas.
En este embrollo, Panamá tampoco puede pasar desapercibido como un sector mercantil y de control político. El enlace a esta es de suma importancia, aún en la actualidad.
El Paso Transístmico: zona mercantil y comercial
En una época en que España y Portugal competían por el imperio marítimo y la colonización de las tierras nuevas, los puertos resultaron ser las puertas a las riquezas y las ganancias bélicas, de ahí la importancia del Istmo, que no sólo conectaba los puntos entre los océanos, sino también en los enlaces con Europa y Asia. Lo mismo que sucede actualmente, sólo que las estrategias han cambiado y los intereses se han afinado.
En el siglo XVIII tenemos un mejor control de las rutas marítimas y en las carreteras terrestres. Puertos como los de Veracruz, San Blas y Acapulco trajeron buenos dividendos mercantiles, tanto legales como del contrabando.
Esto último cambiaría para el siguiente siglo con los cambios políticos y los conflictos por asentar un gobierno, aunque Benito Juárez para obtener ventajas bélicas sobre los conservadores pretende ceder el paso interoceánico a perpetuidad a los Estados Unidos en el tratado McLane-Ocampo (1859), lo cual no sucede por el rechazo del senado norteamericano para evitar conflictos con los separatistas sureños, pero queda asentado que sigue siendo un tránsito ambicionado y conflictivo, pues uno de los puntos del tratado le da derecho al ejército norteamericano de participar en la defensa de los puertos y del camino interoceánico para cuidar los bienes mercantiles.
Dicho sea de paso, en este mismo tratado de McLane-Ocampo se daba paso a perpetuidad al camino entre Camargo y Matamoros. No está demás indicar la fortuna que se tuvo que dicho tratado fuera rechazado.
En el porfiriato regresa la inquietud por controlar la región del istmo y el camino interoceánico, para entonces los mixes han sido desplazados para el interior de las montañas y la zona, básicamente, es zapoteca. Porfirio Díaz establece las comunicaciones que hoy día continúan y que pretenden ser “modernizadas”.
Los intentos fueron dos, dentro de este periodo, el segundo fue el que tuvo efecto. En este nuevo propósito es Salina Cruz el que toma preponderancia. Así se abre la línea ferroviaria del Istmo hacia el bendito puerto de Coatzacoalcos. El camino entre los océanos, por fin, es una realidad en las ambiciones del proceso de dominación. Asimismo, la obra portuaria está en funcionamiento para ser un enlace hacia el sur del continente y hacia Asia. Poco después el puerto de Panamá también se termina y, con los cambios que tiene México, cobra su apogeo para el mundo. El funcionamiento del paso transístmico vuelve a quedar sepultado.
Los pueblos mixes, entre los años 20´s y 60´s atraviesan conflictos internos muy fuertes, pues los cacicazgos de Daniel Martínez (Ayutla) y Luis Rodríguez (Zacatepec) dejan fracturas intercomunales en su intento por controlar toda la región mixe, fomentando las instituciones estatales y federales como mediadoras entre el Estado y los pueblos.
Si bien, la creación del Distrito Mixe en 1938, impulsado por Luis Rodríguez y respaldado por el entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas, parece tener un lado positivo pues permite que gran parte de la región sea “gobernada” por los mismos mixes, en realidad, Rodríguez pretendía controlarla para él y que siguieran sus descendientes.
Desde el Virreinato la región mixe no había sido visibilizada, como sucede con otros pueblos a la actualidad que política y geográficamente no son reconocidos (por ejemplo, choles o chinantecos, entre otros), y son englobados dentro de municipios y distritos de otros grupos. Esto por supuesto, trae diferentes conflictos, pues ser englobados dentro de una familia lingüística no significa que los poblados tendrán los mismos propósitos, pero se agrandan cuando los pueblos son delimitados geográfica y jurídicamente a pueblos cuyos idiomas son distintos y han tenido enfrentamientos milenarios.
Así, durante el Virreinato los mixes fueron enmarcados en jurisdicciones zapotecas, aunque los pueblos mixes dieron constantes batallas para evitar someterse, y en el siglo XIX la situación no cambió mucho. La creación del distrito mixe delimitó cierta zona con la mayor parte de los pueblos, pero los que seguían dentro del istmo su demarcación siguió siendo zapoteca. Este proceso que duró medio siglo abrió una brecha en las relaciones intercomunales que tuvo que irse subsanando poco a poco —pero aún se siguen manifestando sus efectos—.
Es entendible los conflictos que surgen de la vida inter y trans comunitaria en la región, algunos de los cuales tienen larga data, pero también queda claro que los surgidos por las relaciones con los gobiernos externos que tienen pretensiones aniquiladoras no tienen soluciones inmediatas y a corto plazo.
En este punto, es necesario aclarar que para la región mixe es mejor hablar del Ayuuk Kajp, traducido como Pueblo Mixe o Nación Mixe, antes que del distrito, pues éste engloba de forma representativa a los pueblos que están en la región istmeña y veracruzana, los cuales por las razones jurisdiccionales no son considerados como mixes, sino como zapotecos en el istmo, y en el lado de Veracruz ni siquiera son visibilizados.
Los Gobiernos Mexicanos por el Corredor Interoceánico
A partir de Cárdenas, el proyecto transístmico se vuelve una especie de sueño inalcanzable, pero no por eso, las intenciones dejan de ser amenazantes. No está de más enfatizar que las ambiciones políticas por el control del paso entre océanos, tiene de fondo el despotismo económico de las grandes empresas.
En el proyecto porfirista participó la empresa británica Pearson que obtenía las ganancias e influía en las políticas públicas, amén del despojo a las tierras de los pueblos indígenas. Esto que comenzó en el Virreinato con empresas particulares se volvió un artilugio político-económico que sigue en nuestros días. Así, la participación de empresas multinacionales y, posteriormente, transnacionales es una constante, como casi todo, en Latinoamérica, sólo que ya no sólo se trata de compañías estadounidenses sino canadienses o chinas.
Cárdenas, por su lado, con la recuperación del petróleo intentó desarrollar el puerto istmeño, por lo que también abre la puerta a la importancia que tendrá el hidrocarburo para la zona y las pretensiones de otros países para el control del embarcadero, igualmente para el desarrollo de la naval y de otras industrias que tendrán impacto económico para el país.
En los años setenta y ochenta se llevaron a cabo diferentes estudios y proyectos para modernizar el istmo, quizá el que tuvo mayor influencia para los proyectos actuales, sea el Plan Alfa-Omega de José López Portillo, en el que la refinería fundada en los setenta daría su apogeo para que Salina Cruz se volviera una productora y distribuidora petrolera y sus derivados.
En el Proyecto Alfa-Omega se propone la mejora de un sistema de transporte transístmico, la creación de un parque industrial y una planta de fertilizantes en Salina Cruz, pero pronto fue cancelado, lo que dejó fue la construcción de un nuevo oleoducto, desde Nuevo Teapa, Veracruz, a Salina Cruz (COPLADE, 2017: 61-62). Las crisis de los años ochenta echaron por tierra los planes para el tránsito transístmico.
Durante este periodo (70´s-90´s) también, las organizaciones indígenas, con integrantes de diferentes grupos, entre ellos mixes, zapotecos y mixtecos, fueron creciendo para oponerse al despojo de tierras y evitar la industrialización que afectaba los cultivos y fomentaba el camino hacia la extracción de minerales preciosos. Igualmente, las estrategias de desaparición y tortura, que eran parte de los países sureños dejados por las dictaduras, también se producían en nuestro país, no por nada el priismo fue la “dictadura perfecta” y se persiguió a los indígenas que participaban en los movimientos sociales.
La creación de carreteras a poblados enclavados en las serranías tiene la intención de seguir el proceso de dominación por siglos, constantemente, interrumpido.
Así ya no se trata sólo del paso transístmico sino de las zonas aledañas, los territorios que no pudieron ser arrebatados durante el virreinato. La zona de carreteras desde y para el istmo se volvieron prioridad, al igual que para la conexión con el puerto de Coatzacoalcos y, en el caso de la sierra mixe, podemos ver cómo estas siguieron una estrategia de extractivismo sobre el mármol, zinc, plata, oro y azufre, entre otros recursos.
Los caminos también fueron aprovechados por el narcotráfico, que se fue incrustando en la región pues las tierras montañosas son fértiles para múltiples cultivos, en los que, lamentablemente, también entran la amapola y mariguana. Los pueblos mixes no sólo tienen que luchar contra el avance del Estado y las empresas extranjeras, sino con los cárteles que también intentan apoderarse de las tierras.
En la presidencia de Ernesto Zedillo se retoma el Proyecto Alfa-Omega, pero ahora con el fomento a la privatización, incluyendo al petróleo. La recaudación de inversión extranjera pretendía competir con Panamá por las posibles ganancias, pero atrajo el nuevo camino que se debía seguir, apostar por el apoyo económico y profundizar en ciertas técnicas de intimidación tan comunes en Latinoamérica: las desapariciones forzadas de líderes indígenas, el desplazamiento forzado de comunidades, creación de grupos paramilitares, masacres a grupos, colectivos y comunidades indígenas.
Lo que es pertinente mencionar es que las rencillas milenarias entre los pueblos originarios (llámese de cualquier lengua y cultura, incluso las que coindicen en variantes) han tenido que encontrar treguas esporádicas, para luchar en un frente común.
El Corredor Interoceánico: un proyecto neoliberal
En el nuevo siglo con Vicente Fox fueron retomados los planes del proyecto Alfa-Omega, sobre todo, el corredor interoceánico como megaproyecto y en enlace con el Plan Puebla-Panamá.
Este nuevo proyecto resultaba muy ambicioso, se trataba de enlazar a Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, es decir, la ruta de lo que hoy se pretende con el gobierno de López Obrador, con el tren maya (la península), el tren de Campeche a Veracruz (pasando por Chiapas) y el paso interoceánico Coatzacoalcos-Istmo.
Y, como un plan, internacional, se comunicaría con los países centroamericanos (los megaproyectos que hoy días están instalados en Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica y, por supuesto, Panamá), sin olvidar que los puertos abrirían las vías hacia Europa y Asia. Una infraestructura sin precedentes con inserción de capital de corporaciones de diferentes países. Este proyecto no surgía en la nada respondía a las nuevas macroeconomías.
Lejos quedó el tiempo en que la política regía junto a la economía el rumbo de los países, esta es la época de las macroeconomías, de los megaproyectos, las fronteras políticas sólo sirven para maniobrar en territorios específicos, pero son las grandes compañías extranjeras las que demarcan las nuevas fronteras, son las economías las que hacen surgir los gobiernos que se requieren para que los proyectos cumplan su fin.
Así, en Latinoamérica comenzaron fuertes procesos de despojo y desplazamiento de pueblos indígenas para construir represas, oleoductos, vías de comunicación, parques industriales y reencausar ríos, reproyectar las energías renovables en hidráulicas, eólicas, solares y geotérmicas, explotar las minas a cielo abierto… todo bajo el mismo discurso de progreso para abatir la pobreza, pero quienes se llevan todo, son los mismos de siempre, aunque cambien los nombres y las máscaras.
En cada gobierno las luchas sociales han impedido que los planes sobre el corredor interoceánico se lleven a término, aunque cada uno ha contribuido a avanzar en el proyecto. Así no es un asunto del gobierno en turno, sino de un sistema capitalista-neoliberal en manos de las grandes compañías que pretende controlar a quienes dependemos de la jerarquía establecida. Igualmente, es preciso resaltar que las luchas sociales encabezadas por los pueblos originarios no son de esta época, pertenecen a una lucha por la vida desde que inició la invasión europea.
Con lo anterior, es evidente señalar que Fox fracasó, pero Felipe Calderón lo volvió a intentar con el Programa Maestro de Desarrollo Portuario de Salina Cruz y promoviendo la operación del ferrocarril más la creación de terminales para los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz. Lo que se puede ver en este periodo, sobre todo con el programa estatal de Oaxaca es la indudable intervención de empresas privadas.
En el Programa Maestro De Desarrollo Portuario 2006-2011, por la Administración Portuaria Integral De Salina Cruz S.A. De C.V, se nota la preocupación por las vías de comunicación terrestre y marítima, así se menciona el bajo volumen en la transportación, al igual que se espera que haya mayor privatización. Las terminales de contenedores en los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos siguen en la mira para hacer posible la mercantilización.
Algo que está en medio de estas vías de comunicación son los tiempos, algo que resalta a diferencia de planes de antaño, pues si bien se cuenta con la autopista que atraviesa el corredor y carreteras aledañas que enlazan a otros estados y puertos, la transportación en camiones de carga y tractocamiones sigue siendo lenta (7 a 8 horas a diferencia de automóviles que pueden hacer el recorrido en la mitad del tiempo), además de que este tipo de transporte tiene gran importancia para la movilidad de materiales y productos industriales como para la distribución de hidrocarburos.
Esta es una de las carreteras más utilizadas por camiones de carga, así que el bloqueo por las movilizaciones sociales del magisterio oaxaqueño, colectivos en defensa del territorio y comunidades originarias conllevan grandes pérdidas económicas para las empresas como presiones políticas a los gobernadores. Al mirar los bloqueos constantes a las carreteras, podemos percibir las preocupaciones de los diferentes niveles de gobierno por controlar mejor la zona.
Si bien, el tren recorre el paso interoceánico, en las últimas décadas, su mantenimiento se ha ido encareciendo, haciendo que sean las carreteras las que sostengan la mayor transportación, por lo que los intentos por modernizar las vías se ha hecho una necesidad para los intereses transnacionales.
Cabe indicar que la mayor parte de la red ferroviaria que va del istmo a Veracruz son de la empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), aunque es operada por Ferrocarriles Chiapas-Mayab (FCM), la cual también tiene adjudicadas para su gestión desde 1999 los tramos correspondientes a la “Línea Mayab” (Valladolid-Mérida-Campeche-Coatzacoalcos) y la “Línea Chiapas” (en frontera con Guatemala, al puerto de Salina Cruz), adjudicación que terminará en el año 2049.
Otra empresa que es de hacer notar es Ferrocarriles del Sureste (FERROSUR), pues la vía de Tehuantepec se conecta en Coatzacoalcos con la estación de FERROSUR. Así tenemos que el ambicioso proyecto creado en los albores del nuevo siglo sigue tan vigente como en sus inicios.
Ahora bien, mencionar algunas empresas de concesión ferroviaria no quita la intervención de otras muchas industrias que están involucradas en la realización del megaproyecto, como es Minsa, la cual desde el 2004 requiere de las vías para la transportación efectiva a diferentes estados, igual que DICONSA, Petróleos Mexicanos o BYATSA.
En estos años se acrecientan los estudios y análisis también para las zonas aledañas al corredor que “afectan” o “inciden” en el sistema entre puertos y se reformula el plan estratégico. Las consultorías privadas crean nuevos proyectos de factibilidad y logística, y en estos nuevos planes no podemos dejar pasar que se requieren de las zonas aledañas o de “influencia” para concretar los propósitos, pues en estas zonas están los pueblos con los recursos naturales, minerales, pero también el líquido vital del agua, y entre estas comunidades siguen los mixes cuyos territorios se requieren para el funcionamiento del sistema.
El Ayuuk Kajp (Pueblo Mixe) también se ha ido preparando para hacer frente a los nuevos desafíos con diferentes estrategias que van desde lo cultural, social, económico, político y lingüístico inclusive, aunque también tiene ciertos personajes que al unirse a la política juegan un papel detractor.
Los neoproyectos sobre el corredor interoceánico planean una macroestructura en el que los puertos sean verdaderas terminales de contenedores, permitan los parques industriales, las energías eólicas, producción y distribución de hidrocarburos y el crecimiento de las manufactureras, tanto nacional como internacional, a costa de los daños ecológicos, los asesinatos y el despojo territorial.
Para contrarrestar los movimientos sociales indígenas, los gobiernos como las empresas han tenido que hacer caso de convenios internacionales como el Convenio Núm. 169 de la OIT, y para ello, han simulado la participación indígena en los foros y consultas, o con la creación de grupos para la defensa de los pueblos, de este modo se curan de enfrentamientos legales, argucias que también han sido denunciadas por los pueblos.
En el “Diagnóstico, análisis y propuestas de mejora del sistema de enlaces para la conectividad terrestre intra e interregional, así como la accesibilidad al equipamiento, infraestructura de apoyo a la producción y atractivos turísticos de la región Istmo de Oaxaca” (2017), por la Coordinación General del Comité Estatal de Planeación para el Desarrollo de Oaxaca (COPLADE 2010-2016) que atraviesa los gobiernos de Calderón y Peña Nieto queda claro que sin importar el tipo de gobierno federal, de panista a priista, lo que está en la mesa es la continuidad de los megaproyectos.
En este “Diagnóstico” pasa casi desapercibida la región mixe que tiene “una comunicación interregional deficiente”, pero que su aparición la muestra como una nueva posibilidad, como zona aledaña y de influencia para el corredor interoceánico.
A Enrique Peña Nieto le tocó promover las Zonas Económicas Especiales (ZEE), para dar continuidad al megaproyecto, además de impulsar la inversión china, sólo que ya no se trató de sólo un corredor de comunicación sino industrial, igualmente, intentar rehabilitar la vía ferroviaria. En las ZEE querría enlazar la conexión pendiente con Chiapas y el sureste (para conectar con Centroamérica) y también con los estados de Michoacán y Guerrero. En este periodo también entraron otras intenciones en la industria, como la farmacéutica, por la Southwest Energy.
El istmo se ve como un paraíso para diferentes empresas. Pero bueno, las intenciones de Peña Nieto también fueron soterradas, otro partido obtuvo el poder, Andrés Manuel López Obrador gana la presidencia con MORENA.
El Corredor Interoceánico se une a los Megaproyectos
Las noticias se mostraban alentadoras cuando se anunció que AMLO eliminaba el proyecto de las ZEE, además de que, con la creación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y su dirección por parte de Adelfo Regino, luchador social mixe, originario de Alotepec, parecía que los megaproyectos llegaban a su fin.
Sn embargo, desde el Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) del 19 de noviembre de 2019, quedaba claro que la erradicación de las zonas especiales se debía a que “las mismas no han podido operar”, por no cumplirse los requisitos legales y no haberse “reportado inversiones públicas productivas”. Esto es, se requería de un nuevo proyecto que permitiera la factibilidad real y concisa del funcionamiento de corredor interoceánico como de otros proyectos pendientes en los estados de la república que enlazaran las economías con Centroamérica, Suramérica, Norteamérica, Europa y Asia.
AMLO toma posesión el primero de diciembre de 2018, para el 23 del mismo mes presentaba su Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec (PDIT) y designaba a Rafael Marín Mollinedo como director del PDIT, junto con este proyecto retoma los pendientes como el Tren Maya —o Tren maLLa como lo nombran los colectivos mayenses—. Eso sí, pone mayor énfasis en las injusticias sociales y señala que su proyecto sí tratará de subsanar la pobreza. Pero aquí estamos, con el mismo proyecto de dominación sobre la región.
Las zonas de influencia quedan demarcadas con todas sus letras, sin sutilezas, sobre los territorios mixes, chontales, huaves, zoques, zapotecas, nahuas y popolucas, aunque sin nombrar a los pueblos específicos. Los mapas que presenta sólo muestran una región ampliada y fantasmagórica (como los programas anteriores), así que es una labor personal comenzar a cruzar la información cartográfica para poder señalar los pueblos afectados.
A lo largo del corredor se crearán “zonas libres” para la inversión privada y con la modernización del ferrocarril del Istmo a Coatzacoalcos también pretende la construcción de un gaseoducto y una línea de fibra óptica para abastecer la demanda de las empresas y atender a los ciudadanos. Para el proyecto requerirá dos recursos fundamentales: energía y agua.
En el Decreto (DOF-14(06/2019) por el cual establece la creación del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, declara este organismo como público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, para darle un mayor rango logístico y administración, es decir, que haga lo necesario para concretar el proyecto, igualmente, el Corredor tienen como atribuciones, celebrar todo tipo de actos jurídicos y de contratos:
“así como cualquier otra acción que permita contribuir al desarrollo de la región” con orientación a los mercados nacional e internacional, asimismo en el artículo cuarto, apartado IV, se indica que el Corredor deberá: “coadyuvar con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas en los procedimientos de consulta necesarios para el cumplimiento de su objeto”.
Esto último es muy significativo, pues muestra a un organismo capaz de decidir lo que sea necesario, no para respetar a los pueblos sino para concretar el proyecto. De este modo, en el primer artículo, apartado IV, se señala al INPI como entidad responsable para velar por la identidad, cultura, costumbres y recursos naturales de los pueblos, esto que parece positivo no lo es tanto, pues como los mismos pueblos han indicado, en una asamblea regional comunitaria en Juchitán, con representantes mixes y de otros pueblos, existen arbitrariedades en el proceso de consultas por el INPI (Manzo, 2019), situación que se ha ido repitiendo en otras ocasiones y años.
El meollo del asunto se encuentra en la legitimización de las consultas a los pueblos, en donde el INPI como “velador” de los intereses de los pueblos, evita acatar las decisiones para proteger los intereses del Corredor, o bien ¿se desconocen los detalles que afectarán a la región? Algunas zonas mixes no son afectadas por el corredor, pero sí lo abarcan los parques industriales.
En este sentido, las recientes denuncias al chat pornográfico “Sierra XXX” por colectivos mixes y, especialmente, por la activista Yásnaya Aguilar (Ayutla) en el que aún no se confirma que Regino haya participado –Humberto Santos (Zacatepec) evidenciado como parte de la red digital que exponía a mujeres mixes, renunció (o fue destituido por el bien mayor) a la candidatura por la diputación local–, muestra cómo lo que se juega en las fichas de la política tiene como fondo los megaproyectos.
A la contienda por la candidatura del Distrito Mixe-Choápam se sube otro compañero de las mismas mañas. Es de notar que los participantes mixes del chat son o eran parte del INPI, así que, ¿qué está operando a través de un grupo de personas mixes que trabajan para el Estado?
Es evidente que el partido en el gobierno requiere ser mayoría para generar los proyectos detenidos (como cualquier otro partido en el poder), pero, aunque estos ganen, las movilizaciones sociales continuarán por la defensa del territorio –otra cosa es que los partidos de oposición estén de oportunistas–, pues la vida de los pueblos está más allá de las decisiones partidistas, llámese PRI, PAN o MORENA. El dispositivo de poder devora todo a su paso. Los intereses personales quedarán aplastados por los intereses transnacionales. El pueblo de Zacatepec, de donde es originario Humberto Santos, sí es parte de la zona de influencia del Corredor. La lucha en las relaciones de poder es la lucha de intereses.
No importa cuánto se repita un discurso, entre los objetivos del Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec 2020-2024 (DOF: 04/08/2020) pueden encontrarse puntos que mueven los sentimientos de justicia, pero basta contrastarlo con la realidad. Sí, están los compromisos en conformidad con el Convenio 169 de la OIT, pero no las vías para que en caso de que un pueblo no acepte, el proyecto cambie.
En todos los programas se da por entendido que los pueblos aceptarán el proyecto. También está presente el discurso para acabar con la pobreza bajo los mecanismos globales de progreso, pero no bajo la dinámica de mejorar la vida conforme los pueblos lo decidan. Para “convencer” a las comunidades se hacen recorridos en la región para ver la posibilidad de “ayudar” a la vez que se valora los “recursos humanos, materiales y operativos” con que cada uno cuenta (Comunicado núm. 011).
En este mismo sentido, no podemos dejar pasar desapercibido el anuncio de que el programa “Sembrando vida” que da un apoyo económico a los comuneros, se extenderá a los municipios oaxaqueños en donde se ubicará el Corredor. (La Redacción, 2020)
En el primer comunicado oficial del Corredor (17 de septiembre de 2019) queda en claro los tratos con diferentes instituciones públicas y empresas privadas, incluyendo universidades para realizar los análisis correspondientes (Comunicado 001 y Comunicado 003).
El proyecto del Corredor se abrió públicamente a la inversión extranjera, Surbana Jurong, empresa de Singapur, desarrollará el proyecto para conectar los puertos a nivel internacional (como se ha venido planeando: Asia, Europa y Suramérica), además de dos áreas económicas (Veracruz y Oaxaca) (Ho, 2019). Para el Comunicado No. 012 (15 de diciembre de 2020), se presentó el Informe Final de la Elaboración del Plan Estructural y el Plan Maestro Conceptual del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, por parte de la empresa. En últimas fechas el gobierno también ha dado a conocer la construcción de parques industriales divididos entre Oaxaca y Veracruz (Garrido, 2020)
Algo que está de manifiesto en las cartografías sobre los megaproyectos (Colmix, Geocomunes, Ejatlas) es que hay un cerco sobre la mayor parte de la región mixe, sobre todo, a lo que correspondería al Distrito Mixe, en sus alrededores los proyectos sobre hidroeléctricas y extracción minera ya están en funcionamiento o están muy próximos. Así que, MORENA deberá ganar este distrito para que los proyectos se efectúen. La región mixe es rica en minerales y recursos hídricos, no lo olvidemos.
En el Programa para el desarrollo del Istmo de Tehuantepec: El Corredor Interoceánico y su inserción en el Comercio Mundial (2019) se establece la “gran riqueza en recursos hídricos” en la región del corredor, con ello quedan de manifiesto tres ríos: Coatzacoalcos (el más importante), Tehuantepec y Los Perros, de tres afluentes: Uxpanapa, Cuachapa y Cahuapan, además por supuesto de las corrientes subyacentes.
Las ramificaciones acuíferas atraviesan la región mixe, desde los pueblos más cercanos al istmo, como Guichivovi, como los más alejados, como Cotzocón y Zacatepec. Todos los pueblos cuyos afluentes pasen por los pueblos están dentro de la “zona de influencia”. Así, cuando superponemos el mapa de los programas gubernamentales con la región geográfica que ocupan los mixes, queda en evidencia que la zona de influencia (de la que casi no se habla), aunque oculto está a la vez a la vista. El programa del Corredor Interoceánico no abarca sólo la línea ferroviaria, sino las zonas de influencia que abarcan varios pueblos.
El agua es un asunto que no puede dejarse pasar, pues en caso de que no se obtenga el líquido vital, el gran proyecto quedaría nuevamente entredicho, así, por las disposiciones de que el proyecto se lleve a cabo, el apremio es grande, ¿de qué sería capaz un gobierno que ve truncadas sus ilusiones? Más cuando existe una fuerte presión por parte de las empresas extranjeras que están invirtiendo. En Oaxaca se encuentran, 64 de las 66 áreas certificadas como “riqueza natural”, las otras dos son de Veracruz. Para que este megaproyecto pueda realizarse se requieren de los recursos acuíferos y energéticos, los territorios y las costas, lo que está en manos de los pueblos indígenas.
No podemos desligar el Corredor interoceánico del enlace con otros megaproyectos, pues como se ha visto es un proyecto ambicioso de décadas, pero que hoy día está siendo impulsado con mayor ahínco. La presencia de la Guardia Nacional en el istmo, lejos de atender la inseguridad, defiende los intereses de las empresas extranjeras.
Esto nos recuerda el anuncio de que el Proyecto del Tren (No) Maya, fue cedido a la SEDENA, en gran medida, porque los pueblos mayas han ganado los amparos sobre el Tramo 3 y parte del 4, para evitar su realización, pero significa que el gobierno cambiará de estrategia para evitar que el proyecto se le vaya de las manos. Lamentablemente, durante este sexenio no han dejado de haber presiones sobre los colectivos indígenas y asesinatos de líderes comunitarios.
Ante el incremento de costos para la mercantilización en el Canal de Panamá, el paso transístmico se abre como una posibilidad de mejoras de inversión privada, pues entre otras cosas permitiría mejores precios en las tarifas en el comercio, además de que supondría un ahorro del combustible por cada viaje en la transportación.
Hay muchas industrias que están en medio de este proyecto, nacionales y extranjeras (estadounidenses, canadienses, chinas, singapurense) y también de diferentes ramos (hidrocarburos, agroindustriales, farmacéuticas, comunicaciones, manufactureras, portuarias, mercantiles, minerías, etc.). Puntos que favorecen a la inversión extranjera, pero que mantiene y acrecienta la dependencia económica de la región, todavía más, cuando los comuneros pierdan sus tierras y se vuelvan obreros. Las fronteras económicas (creadas por las inversiones extranjeras de diferentes nacionalidades) son los nuevos lindes, las fronteras políticas sirven para preservar dichos límites.
La conexión de la vía transístmica (Istmo-Coatzacoalcos) con la vía del tren maya (península), recordemos, es por Campeche, ¿acaso no fue el estado en el que se empezó por vacunar para que empezara la vida económica de forma inmediata? No es fortuito, es parte de la unión de megaproyectos. La Línea de Chiapas es la que se unirá con Guatemala.
Así, esta parte del sur de México se unirá con los proyectos centroamericanos, pero también el Corredor tendrá la virtud de que se pueda unir con los proyectos andinos y amazónicos. No olvidemos que el Corredor, sólo es un engrane en la gran maquinaria de las macroeconomías. Los países de Bolivia y Brasil también tienen urgencia en que los megaproyectos se realicen. Lo que queda de manifiesto en la historia del paso interoceánico es el punto de control económico, político y bélico, que ha pretendido ser.
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