Este artículo, reseña-crónica, trata sobre la exposición “Nuevo Códice: Oaxaca-Migración y Memoria cultural” que tuvo lugar en la Ciudad de México, en el año 2010, sin embargo, realizado por artistas oaxaqueños que daban cuenta de las experiencias de la migración y la memoria.
En esta galería intervino un querido amigo que conocí en la Ciudad de Oaxaca, Richard Keis, en aquel entonces aún no publicaba ningún texto y debía trabajar de empleada. Él se mantendría en dicho estado trabajando con la educación de la niñez y las bibliotecas comunitarias. Yo migraría a otros lugares y nos volveríamos a reencontrar en la Ciudad de México.
La exposición era brutal. Contenía obras con diferentes técnicas: pintura, bordados, fotografía, dibujos, textos, sketch, alebrijes, pero todos con un mismo propósito: recordar.
Nuevo Códice: Oaxaca-Migración y Memoria cultural (fragmento)
La exposición se conformó por el trabajo de varios colectivos, entre ellos, el de las Hormigas bordadoras y del Colectivo fotográfico de Oaxaca, que llevaron el testimonio de la migración del pueblo de Tanivet (“hormiguero” en la lengua zapoteca), al respecto, Arnulfo Aquino Casas señala que: “La migración se vive en Oaxaca como un complejo histórico social que afecta a la región y repercute en la familia; con este enfoque, la exposición Nuevo Códice se contempla como un discurso visual contemporáneo en el que participan artistas oaxaqueños con diecinueve proyectos que relatan historias familiares”.
A la entrada puede verse un mapa de la República Mexicana, tejido con flores de Tehuantepec, cuyo título “Rutas de ausencia”, nos indica el sendero a seguir. Cada grupo con su arte representa el problema de la migración y las ausencias, la angustia del camino y la felicidad por el regreso, lo que nos permite reflexionar y maravillarnos al mismo tiempo.
Las Hormigas bordadoras expresan en un testimonio de tela, el sentir de las familias, el hilo remienda y borda los tejidos de la experiencia, entre frases como: “Después de tanto tiempo por fin regresé a mi tierra con mi familia”, “Hello! Ya regresé de los Estados Unidos” o “Dios mío ayúdame a cruzar la frontera”; tejen con estas palabras la cotidianidad de Tanivet, y de muchos lugares de México.
Durante la noche, nos presentaron a Juana, una de las bordadoras de las Hormigas, quien relató que sus compañeras ahora viven de este trabajo; ella se sentía muy contenta de estar en la ciudad, lamentablemente, muchas personas querían entrevistarla y ya no pudimos volver a contactarla, sin embargo, vimos con beneplácito que las Hormigas vendieron algunos de sus bordados; lo malo, es que se regresaron a Oaxaca la misma noche de la inauguración.
Reseña publicada en la Revista Sinfín, número 10, marzo-abril 2015.