Imagen indio emigra

Este breve artículo fue publicado en Ojarasca, el suplemento mensual de La Jornada. Fue de mis primeros escritos para el periódico. Y, tal cual, lo menciona el titular, sin importar a dónde vayamos, seremos siempre quien emigra.

El uso del vocablo “indio” en lugar de indígena, el cual empleo muy seguido, se debe a mis experiencias personales. En México es la forma despectiva de nombrarnos. En mi niñez la oía de las personas que se referían a mí. No utilizaban mi nombre, sino dicho apelativo: “india”. Dado que, la doble moral hace que los mexicanos la digan para insultar cuando sienten que no pueden ser juzgados, mientras que usan “indígena” cuando quieren verse políticamente correctos, yo la uso para molestar a esa gente correcta y, pues, así siempre me han nombrado.

El texto si bien da cuenta de la condición de quien emigra, gira para vernos como agentes activos y no como personas pasivas que se dejan llevar cual hoja al viento.

A donde se vaya, un indio emigra (fragmento)

Imagen indio emigra
Esta imagen acompañó al texto original “A donde se vaya, un indio emigra” en Ojarasca.

Los Estados Unidos: Chicago, New York, Los Ángeles, todo California; cualquier parte de México, ciudad o terreno agrario: Distrito Federal, Monterrey, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Baja California; más allá del mar finito o en Nuestra América, ningún lugar es igual a otro, cada uno es diferente de sí, y adonde sea que el indio va, es el intruso; pisa el lugar que no es aquí ni allá, una zona que no refleja lo que es, un espacio-tiempo perdido que lo llena con insolencia. Destino de la inmigración: transición inevitable.

La cuestión es: ¿a todos los indios les va igual? Los temas son recurrentes: políticas públicas que impiden el desarrollo individual y colectivo, una economía moderna que obliga a salir de las comunidades de origen y contribuye a la informalidad de los miembros de los pueblos originarios en las ciudades, la pérdida de valores tradicionales que fomenta la desaparición de la cultura o ausenta la identidad original. La transición es un asunto peliagudo.

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Más allá de todo lo que implica el indígena migrando, se encuentran los hombres y mujeres que se enfrentan a condiciones internas y externas, que imposibilitan la ruptura y aceptación de la integración, sin embargo, son ellos quienes dan un paso por encima de la desvaloración de las ideologías predominantes como de los propios prejuicios indígenas… La realidad existe lo mismo si no se nombra.

Artículo publicado en el Suplemento Ojarasca, no. 208, agosto de 2014, p. 7.

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